1-De NADA, a TODO

Es increíble.
¿Que el qué?
Que una persona que llegó de la NADA, ahora signifique TODO.
Eso.
Bueno, esta es la historia de mi vida, mi historia.


Era nueva en la clase de 2º de la ESO, y todos me miraban extraño.
Yo, en las horas libres, siempre estaba sola.
Pasaron días, semanas, meses...
Y, cuando pensé que nada podía mejorar... Llegó el.
Era rubio, de ojos azules, inteligente, y esperaba, que fuera amable, comprensivo y cariñoso...
El, simplemente, era... La perfección.
También era nuevo.
Veía que las demás andaban tras el, entonces me dije:
-Vaya... -suspiré- Ya no podrá ser mío -miré a Agustín, que así se llamaba-
Entonces, el e acercó a mi, en plan película, se sentó al lado mío y me dijo:
-¿Tienes tuenti? -sonrió-
-Si- dije tímida-
Se lo apunté en la mano ocupandole toda la mano.
-Cuando puedas, me hablas -dije riendo-
Sonó el timbre.
Eso indicaba... Clases.
Me levanté del suelo con pocas ganas y me dirigí hacia la clase.
Sociales me tenía que tocar, la que más odio.
Y al llegar a clase... ¡Tarán!
Ahí estaba Agustin.
Tan pancho en la mesa de al lado.
-Hombre, cuanto tiempo -me dijo en burla-
Yo me sonrojé y me senté.
El profesor explicó, y explicó, mientras yo atendía al reloj, viendo como , muy despacio, pasaba el tiempo.
Empezó a llover y el director avisó por megafonía:
-Alumnos, alumnas, quiero comunicarles que debido a la fuerte racha de lluvia tendremos media hora más de clase antes de iros, para que apacigüe un poco la lluvia. -cortó-
-Buu! -decían unos-
-FUERA DIRECTOR! -decían otros-
-Buf-dijimos a la vez Agustín y yo- Ups -nos sonrojamos-

Pasada la media hora sonó el timbre.
Eso significaba muchas cosas:
-Llegaría a mi casa
-Cojería el ordenador
-Me conectaría al tuenti
-Hablaría con... ya sabéis... él.

Finalmente, después de 5 minutos caminando, llegué a mi casa.
E hice tooodo lo anteriormente nombrado.
Ví que se añadió una persona al chat..
Enseguida me di cuenta: Era él.
No sabía que ponerle.
Me temblaban las manos.
¿Y si no sabía quién era?
¿Y si no le gusto?
¿Y si...?
-Hola- le escribí sin darme cuenta-
-Ola prexiosa -me dijo-
Me di cuenta.
El era.
Dos palabras... que me enamoraron.
El era mi media naranja.
El amor de mi vida.
Mi futuro... todo.